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Un hombre de palabras que soñó la revolución

Periodista:
Juan Ignacio Orue
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Un hombre apasionado; un líder revolucionario a veces astuto, algo despiadado y bastante retraído; un orador implacable, convincente y persuasivo. A Juan José Castelli, el porteño que llevó adelante la dirección política del ejército que triunfó en la batalla de Suipacha tras la Revolución de Mayo, le caben estas definiciones parciales.

Su corta vida, que conoció la gloria y el ocaso, termina por un cáncer de lengua que “me asesina con la perversa lentitud de un verdugo de pesadilla”, dice el Castelli que noveló Andrés Rivera en La revolución es un sueño eterno.

La obra de Rivera ya tiene su contracara. Se trata de la biografía de Castelli, un libro del historiador Fabio Wasserman. “Por su formación, Castelli fue un hombre de palabras. Más aún, según coinciden varios testimonios, si por algo se destacaba era precisamente por su carácter persuasivo. Sin embargo, una vez iniciada la revolución, no dudó en resolver conflictos por las armas asumiendo la responsabilidad, tal como se puede apreciar en el fusilamiento de Liniers y luego en el de Nieto, Sanz y Córdoba en Potosí. Pero no se trató de un rasgo particular de Castelli. Todos los hombres de esa época que asumieron alguna responsabilidad política, en cualquier bando o facción, tuvieron que tomar o avalar ese tipo de medidas”, explica.

¿Por qué escribió una biografía sobre Castellí?

Fue una invitación de la editorial Edhasa y acepté de inmediato ya que me atraía la figura de Castelli, sobre el que se sabía muy poco a pesar de la importancia que tuvo en la Revolución de Mayo. Es más, la única biografía más o menos importante sobre él, fue hecha por Julio César Chaves hace más de medio siglo.

¿Qué le llama la atención de él?

La entereza con la que afrontó la derrota de Guaqui y, sobre todo, sus consecuencias. Su sentido del humor, que se advierte en algunos documentos, como la nota enviada al Consejo de Regencia ‘donde residiese‘ cuando expulsó al Virrey Cisneros y los Oidores en junio de 1810.

¿Durante la investigación, tuvo que modificar alguna hipótesis?

Más que modificar alguna hipótesis, pude ponderar mejor algunas cuestiones que no tenía tan claras. La más importante sin duda fue el papel decisivo que Castelli tuvo en la semana de mayo de 1810 y en los primeros meses de actuación de la Primera Junta. En ese sentido suele quedar opacado por el accionar de Moreno, aunque creo que al principio Castelli tuvo un rol más destacado.

También había cosas que no sabía y que puestas en contexto no son tan llamativas, pero que no coinciden por ahí con la imagen de Castelli. Por ejemplo, su actuación como abogado en la que defendía instituciones como la esclavitud o, ya siendo líder revolucionario, sus comentarios en relación a la necesidad de propiciar castigos como podían ser azotes a quienes perturbaran el orden. Lo que muchas veces perdemos de vista, y el episodio de su oposición al casamiento de su hija ilustra bien, es que a pesar de sus ideas avanzadas, Castelli no dejaba de ser un hombre de su época que vivía en una sociedad estamental.

En algunas partes del texto, usted cuenta datos anecdóticos. Por ejemplo: ‘estaban jugando a las cartas‘, ¿La mención está en documentos de la época o son licencias de historiador para amenizar el relato?

Toda la información que puse de esa índole la tomé de documentos. No creo que sea algo inadecuado ficcionalizar episodios históricos, pero en este caso consideré que no era necesario ya que el interés de la biografía estaba, especialmente, en sus contenidos y, desde luego, en la escritura.

¿Hay algún bache en la vida de Castelli, alguna situación que le ocasionen dudas, que no pudo dilucidar completamente?

Si. Me hubiera gustado conocer mucho más sobre su vida privada, de la cual se sabe muy poco, particularmente en lo que hace a la relación con su esposa y sus hijos. En cuanto a su actividad política, para mi sigue quedando poco claro no sólo la actuación de Castelli sino también la de otras figuras entre 1805 y 1810, cómo se fueron conformando los grupos, qué pensaban, qué aspiraciones tenían.