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Ricardo Piglia, premiado por los críticos en España

Periodista:
Dennis Kunkel
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Por: Adrián Sack - Para: LA NACION


MADRID.- Blanco nocturno (Anagrama 2010), posiblemente la novela más fiel al reconocido estilo sombrío, intrigante e intenso de Ricardo Piglia, llevó ayer al escritor bonaerense de fama internacional a consagrarse ganador de la edición número 54 del Premio Nacional de la Crítica de España, galardón por el que debió competir con plumas de la talla y la traza del premio Nobel Mario Vargas Llosa o los muy respetados Marcos Giralt Torrente y Luis Mateo Díez.


Así, por segunda vez en su más de medio siglo de historia y, también, por segundo año consecutivo, el premio, en la categoría narrativa en lengua castellana, quedó en manos de un autor argentino, ya que Piglia, de 69 años, sucede ahora en la lista de ganadores al treintañero Andrés Neuman, quien en 2010 fue merecedor de la misma distinción por El viajero del siglo.


Tras conocer la noticia de su premiación, Piglia sólo tuvo palabras de agradecimiento hacia el jurado, por un premio que fue concedido en 47 oportunidades a escritores locales, y sólo 7 a autores latinoamericanos. "Eso es un reconocimiento a la novela negra, para que deje de tener esa imagen de género menor", señaló ayer el literato oriundo de Adrogué.


En Blanco nocturno , el autor de la todavía influyente novela Respiración artificial construye una trama alrededor de la vida y las experiencias de un inventor solitario que, según el propio Piglia contó, se inspiró en la figura de un primo suyo que vivía encerrado en una fábrica, en una íntima lucha con la libertad de sus propios sueños. No obstante, en esta esperada cuarta novela del escritor -la anterior, Plata quemada , data de 1997- no faltan los típicos ingredientes ni los códigos del género novelístico negro, siempre presentes en su obra.


Si bien este premio no se acompaña de suma de dinero alguna, en las últimas dos décadas se ha convertido en una de las distinciones más perseguidas por los escritores de habla hispana por su creciente prestigio. En la extensa nómina de ganadores, además de Vargas Llosa (quien lo ganó en 1964 por La ciudad y los perros y, en 1967, por La casa verde ), aparecen, entre otros, escritores de indiscutible calidad narrativa como Camilo José Cela, Ana María Matute, Francisco Umbral y Miguel Delibes.


De esta manera, la presea cosechada ayer no podrá ser obviada en ninguna futura reseña biográfica de Ricardo Piglia, más allá de sus muchos logros obtenidos a través de la difusión de su obra -que fue traducida a las más importantes lenguas europeas- y de su nutrido palmarés, que incluye el Premio Planeta por su novela Plata quemada . Aquella obra, sin duda, la más famosa de toda su carrera, no deja de concederle satisfacciones, ya que su adaptación cinematográfica le valió el Premio Goya en 2000 y se transformó en una carta de presentación de su obra para un espectro mucho más amplio de lectores y críticos, como los que ayer decidieron distinguirlo.