De 'Comí' a 'El hambre', Caparrós desafía los géneros
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- Gabriela Mayer
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"La literatura actual tiene muy pocas pretensiones de ruptura. Por lo menos rompamos un poco con los géneros", reclama el escritor argentino Martín Caparrós, quien por estos días publica 'Comí', cruce de novela falsamente autobiográfica, ensayo y reflexión sobre los lugares que ocupan comida, cuerpo y medicina. Caparrós se muestra interesado en los libros "cuyo género no se puede definir claramente".
El reconocido cronista, que por estos días está terminando de corregir 'El hambre', mezcla de crónica y ensayo. Caparrós vuelca su mirada en 'Comí' hacia una trama en apariencia pequeña: un hombre debe someterse en tres días a una colonoscopía, por lo que deberá vaciar antes su aparato digestivo. El protagonista pasa revista al lugar que ocupó la alimentación en su vida y calcula que comió 59 000 veces. "Efectivamente en ese personaje que se llama Caparrós hay algunos rasgos y datos que me recuerdan vagamente a mí. Éste lleva el equívoco un poco más lejos porque tiene un nombre parecido al mío y algunas actividades que se asemejan a las mías, pero sigue siendo un personaje de ficción", cuenta en comunicación telefónica desde México, donde participó en la FIL de Oaxaca.
Para él, comer es un acto de cultura muy fuerte, en la medida que es producto y función de la cultura, la educación, la historia y el entorno del comensal. "Cada día que nos sentamos a la mesa estamos poniendo en acto todo eso, estamos poniendo en juego nuestra cultura, pero al mismo tiempo tiene un componente fisiológico fuerte. Comer también es un acto mucho más primario de alimentación". A lo largo de los tres días de angustiosa cuenta regresiva de 'Comí' (Anagrama), el protagonista analiza las relaciones con su pareja y su hija, así como el frío lugar que ocupa la medicina.
"Es interesante cómo resignamos el control sobre nuestros cuerpos en manos de alguien que tiene un supuesto saber que lo autoriza", apunta. "Uno hace muchas más búsquedas cuando se quiere comprar un teléfono móvil" que cuando va a ponerse en manos de un doctor. "Te entregás a un señor que junta en un mismo personaje el verdugo y el salvador. En general son personajes distintos los que te anuncian el desastre y los que te salvan, pero en el caso del médico, no".
A mediados del año próximo espera publicar 'El hambre' en busca de "entender y contar qué pasa con esa enorme cantidad de personas que no comen lo suficiente, por qué les sucede y cómo les sucede". Para esta obra recorrió varios países. "Llevo ya dos o tres años trabajando como un perro; es uno de esos libros que me ha costado muchísimo trabajo".
Caparrós, con una vasta trayectoria periodística en gráfica, radio y televisión, dirigió hace tiempo la revista 'Cuisine & Vins'. "Siempre me interesó la comida. No quería convertirme en un crítico gastronómico, pero sí me interesaba hacerlo de vez en cuando". Continúa escribiendo cada tanto sobre temas culinarios y el año pasado publicó 'Entre dientes, crónicas comilonas' (Almadía). "Me parece un pequeño desafío escribir un texto sobre gastronomía que sea interesante, legible". Además califica de "curiosa" la función de los críticos gastronómicos en sociedades con sectores medios que gozan de acceso a mayor consumo, pero no saben bien cómo hacerlo. "Necesitan de estos árbitros de la elegancia, que les digan cómo comer, dónde comer, qué combinar, qué vinos tienen que tomar. O sea resignan el control sobre una actividad que hacen todo el tiempo en aras de conseguir la adecuación a un deber ser social".
Sobre el autor
Nació en Buenos Aires, Argentina en 1957. Se licenció en historia en París, residió en Madrid y Nueva York y regresó a su país con el advenimiento de la democracia en los 80, vive actualmente en Barcelona.
Ganador del Premio Herralde en el 2011 con novela 'Los Living', que narra las vicisitudes de un hombre cuya infancia queda marcada por la muerte confusa de su padre y su abuelo.