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10 preguntas a Emilio Di tata Roitberg

Periodista:
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Este año la editorial Edhasa me invitó a un desayuno en el que tuve la suerte de conocer al escritor argentino, Emilio Di Tata Roitberg. En dicha oportunidad charlamos mucho con el autor, quien nos contó acerca de sus libros, de Bariloche, del oficio de escribir.

Aquí en el blog pueden ver el comentario de “El Oso”, novela policial, la primera que Edhasa edita del autor y más adelante, gracias a la gentileza de Emilio que nos mandó sus otros libros (¡junto a una riquísima caja de chocolates!) , iremos comentando y subiendo las otras reseñas.

Muchas gracias Emilio por tu buena onda de siempre y por colaborar con nuestro espacio. Desde nuestro humilde lugar, esperamos poder hacer nuestra parte para que tu obra se difunda, se conozca y llegue a muchos lectores.

Entrevista:

¿Cómo empezaste tu carrera como escritor y cuándo?

A los diez u once años se me metió en la cabeza la idea de ser escritor, aunque creo que hasta ese momento no había leído jamás un libro. Se lo comenté a mis padres, que vaya a saber por qué lo tomaron en serio (uno siempre dice a esa edad voy a ser tal cosa o tal otra, y cambia de idea todo el tiempo), el caso es que a los pocos días mi viejo se apareció con una máquina de escribir Remington gigantesca y mi mamá me enseñó a escribir usando todos los dedos (la letra A me costaba más; me lastimaba el meñique tratando de apretar la tecla tan dura). De todos modos en ese momento no pasé de unos cuantos esbozos, de los primeros capítulos de una novela que jamás terminé. La idea quedó latente durante toda mi adolescencia, y recién en 4to año del secundario, al poco tiempo de haberme ido a vivir a Bariloche, empecé a escribir nuevamente. Tuve una profesora de literatura que me contagió su pasión por los libros y me alentó a escribir mis primeros cuentos. Gracias a ella sentí que no estaba escribiendo la típica “composición tema la vaca” que uno hace automáticamente en la escuela para zafar sino… no sé cómo decirlo, otra cosa, escribiendo de verdad. Esos fueron mis primeros cuentos, y mis compañeros fueron mi primer público.

¿Te inspiró alguien en particular?

Además de esta profe a la que mencioné, mi primera inspiración fue, no una persona de carne y hueso, sino el personaje de una miniserie que daban en la tele. El tipo era escritor y al finalizar cada día escribía un capítulo en el que contaba lo que estaba pasando en su pueblo, una historia de terror gótico. Pensé que estaría bueno ser alguien así. A partir de ahí comencé a leer de manera bastante intensiva, para ver cómo los otros autores contaban sus historias, tratando de imitarlos. En literatura uno tiene la incomparable ventaja de poder elegir a los mejores maestros del mundo, sin importar que hayan muerto trescientos años atrás.

¿ A qué hora del día te surgen más ideas?

Además de venir cuando estoy sentado dándole a la tecla, las ideas me vienen generalmente cuando me pongo a pensar en lo que estoy escribiendo en ese momento, algo que puede pasar en cualquier hora del día: cuando voy caminando por la calle, manejando o en una pausa en mi trabajo. Así es como mayormente encuentro la solución a algún texto que tengo a medio desarrollar. También cuando comento lo que estoy escribiendo con algún amigo, y queriendo o sin querer me cuentan algo que puede encajar justo en la historia.

¿En qué lugar de su casa te gusta escribir? ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?

En el comedor de mi casa, que tiene una linda vista al jardín, a una ruta por la que pasan autos metiendo ruido todo el día, y desde donde se alcanza a ver entre los pinos unos centímetros del lago Nahuel Huapi. Tengo una mesa de madera, la cocina para calentar el agua para el mate y unos parlantes para escuchar música conectados a la misma compu en la que escribo. También voy a escribir en un par de cafés de mi ciudad, lugares donde ya me conocen y no me ponen mala cara cuando sólo pido un cortadito y me quedo dos horas tecleando.

¿Cómo surgió la idea “El oso”? ¿En qué te basaste para escribir la historia?

Surgió como el proyecto de escribir un relato corto: el primer día en la vida de un pibe que vuelve a su casa después de pasar dos años preso. Me inspiré en un vecino, un muchacho de unos 20 años en ese momento, de aspecto bonachón y carácter muy manso, que por algún motivo se vio envuelto en una serie de delitos violentos y fue a dar con sus huesos en la cárcel. Luego el relato comenzó a extenderse hasta convertirse en una novela, y más tarde en una serie de novelas.

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Muchos, podría estar todo el día hablando de ellos, porque de hecho disfruto mucho más hablando de lo que leí que de lo que escribí. En este momento me vienen a la mente W. Somerset Maugham, Isaac Bashevis Singer, el Negro Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Nicolái Gógol, Dragoslav Mihailovic, Hebe Uhart, Gonzalo Torrente Ballester, Georges Simenon, Ana María Shúa, Borges, Amin Maalouf, Milan Kundera, en fin, muchos, muchísimos: Italo Calvino, Graham Greene, Heinrich Heine, Vargas Llosas, Benedetti, Canela, María Elena Walsh, Inés Garland, Kenzaburo Oé, no sé, me estoy olvidando de muchos… En no-ficción (por usar un término bastante difuso) disfruto mucho leyendo a Juan José Sebreli, Zygmunt Bauman, Ryszard Kapu?ci?ski, los libros de historia de María Sáez Quesada… Toda enumeración comete la injusticia de dejar a muchos afuera.

¿Qué autores recomendarías leer a tus lectores?

Por supuesto recomendaría leer los que ya mencioné, aunque creo que lo más importante es que cada lector busque por su cuenta a sus autores, que picotee las primeras páginas de cualquier libro en una biblioteca o en la mesa de una librería y vea si lo engancha, si le gustaría seguir leyéndolo, llevárselo a su casa… En uno de sus prólogos Borges decía que un libro es uno objeto más en el universo hasta que da con su lector. Entonces se produce el milagro.

¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?

No sé si todo un libro, pero sí un cuento: Catedral, de Raymond Carver. Es genial, me divierte y emociona cada vez que lo leo.

Otras obras del autor:

Claudia
Mosquita muerta y otros cuentos
El Oso The Darker side of Patagonia
El Oso en Villa La Angostura