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Periodista:
Javier Mattio
Publicada en:
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Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) adhiere a la estructura narrativa/arbórea del bonsái no sólo en la arquitectura podada, construida a base de la sustracción, de la salvaguarda de lo mínimo esencial a la que responden sus primeras tres novelas (Bonsái, La vida privada de los árboles y Formas de volver a casa), sino también por la ausencia de organicidad que tal figura le permite, y por eso sus textos están expuestos a la intemperie como una realidad ensimismada, confiando en la sensibilidad potente de su prosa confesional y fragmentaria por sobre toda gran totalidad.

A esa misma lógica responde Mis documentos, en tanto su título no teme referenciar a una carpeta virtual con textos misceláneos, principalmente memorias y ficciones, que de repente pasó a conformar un libro. En ese sentido, Mis documentos es la obra menos orgánica de Zambra hasta el momento, un bonsái de formas caprichosas y también inevitables, producto de una pulsión por publicar que, como el narrador expone en un pasaje, no podía obviar. Y es que, a pesar de ser el libro más irregular de su carrera, es quizás también el más personal, el que apunta a fuerza de ánimo autobiográfico y revisionista las líneas centrales de su generación e historia individual y premisas estéticas, como si transmutara en ficción aquello que ya estaba desarrollado de manera explícita en su atendible manifiesto ensayístico No leer.

De hecho, vuelve en Mis documentos la referencia al tabaquismo en “Yo fumaba muy bien”, y con ello la recurrencia de un canon heterodoxo conformado por autores como Italo Svevo, Julio Ramón Ribeyro, Heinrich Böll, Roberto Merino, Macedonio Fernández y Clarice Lispector. Las citas como autobiografía se alternan con la historia personal a secas, que viaja hacia la infancia pinochetista desde una perspectiva pop-tecnológica (allí están los “computadores” como extravagante novedad) en los relatos “Mis documentos” y “Camilo”, afines a textos contemporáneos chilenos como Space Invaders de Nona Fernández. En otros, la recreación de la realidad llega hasta el presente y al Zambra escritor, uno que es secuestrado junto a su novia argentina en México en la anécdota-cuento “Gracias”. Son sin embargo las historias de amor y soledad a lo Bonsái lo mejor de Mis documentos, como el caso de “Recuerdos de un computador personal”, “El hombre más chileno del mundo” y, en especial, “Vida de familia”, a la vez tronco y superficie lista para nuevas ramificaciones.

© Javier Mattio, La voz del interior.