El logo del Bicentenario en un libro de diseños de todo el mundo
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Por Mercedes Ezquiaga para TELAM
"Tiene todos los atributos que un logo debe tener. Inspira a diferentes generaciones y los conmueve. Siempre será recordado. Es hermoso”, sintetizó en diálogo con Télam un entusiasmado Wiedemann, sobre el mentado diseño que realizó la agencia creativa argentina Imagen HB y que fue elegida entre más de 200 trabajos.
Para el director del área digital, de diseño y cultura pop de Taschen, “hay tres cosas que un logo debe tener para ser exitoso: ser diferente, innovador y distinguirse. Además, debe ser bien ejecutado, durar en el tiempo y ser flexible para adaptarse a diferentes medios de comunicación”.
¿El diseño de logos ha variado con el paso del tiempo? “Seguro -dispara el editor-. El diseño y el enfoque siempre están cambiando. En los últimos cinco años, los logos han sido adaptados para poder ser representados en 16 x 16 píxeles, el tamaño de un ícono del navegador. Ahora todos necesitan ser reconocidos primero en Internet”.
En 2001, Wiedemann comenzó a trabajar en Taschen -preciosos libros de lujo, un deleite para la mirada del lector- luego de abandonar su Brasil natal y de residir algunos años en Japón, y lanzó algunos de los libros más emblemáticos de diseño gráfico, cultura pop y publicidad de la última década, con más de un millón de copias vendidas en el mundo.
Logo Design Volumen 3 -su más reciente creación que el brasileño vino a presentar al país- reúne logotipos de todo el mundo y de diferentes ámbitos en capítulos temáticos que abarcan desde la industria creativa hasta la moda y es la continuación de los volúmenes 1 y 2, cada una de las ediciones que se dedica a abordar lo diseñado en los últimos dos años.
El diseño del logo del Bicentenario de la Argentina es un proyecto con el que ImagenHB -la agencia creativa fundada por los diseñadores Hernán Berdichevsky y Gustavo Stecher- ganó el concurso público convocado por la Presidencia de la Nación para simbolizar los festejos patrios.
No es la primera vez que este prestigioso estudio -especializado en identidades visuales globales- aparece publicado en la editorial alemana: en el volumen 1 ya eran mencionados por Nobrand, una simbología de la idiosincracia argentina que se convirtió en tienda conceptual.
Para el Bicentenario, el desafío era encontrar una expresión gráfica que fomentara en todos los argentinos el sentido de comunidad y pertenencia: “En la escarapela argentina encontramos un símbolo puro, sin bandera ideológica, que además condensa un ritual, desde chico te la colocás cerca del corazón en cada acto escolar”, contó a Télam Hernán Berdichevsky.
A esa escarapela celeste y blanca se le integró el sol, presente en la bandera y cada una de las ondas que rodean la marca, que además de darle velocidad, simbolizan cada década de la Nación, mientras que los colores y transparencias logran la modernidad del diseño, detalló.
"Es un símbolo potente, moderno y patriota”, resumió Berdichevsky sobre el logotipo que acompañó todas las acciones emprendidas en el marco del Bicentenario, emisiones televisivas, comunicación institucional, recitales callejeros, actos públicos y por supuesto, la mega celebración que copó la 9 de julio en mayo de 2010.
"Hubo una revalorización de un símbolo que la gente usaba sin saber qué significaba. A partir de ahora, para muchas generaciones este nuevo símbolo va a significar los 200 años de la celebración de la patria”, se emociona el diseñador.
Y va por más: “El Centenario fue un festejo físico, se hizo la Avenida de Mayo, el Colón, una edificación arquitectónica muy importante, y cuando se apagaron las bengalas, quedó una ciudad nueva. Pero el Bicentenario fue una mega fiesta mediática, increíble, y cuando terminó no quedaba nada tangible, excepto la nueva escarapela, para poder identificarse y recordar todo lo que pasó”.