Las teorías de la moda de Godart
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- Victoria Lescano
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Con notoria erudición y una prosa fresca, Godart traza un recorrido por “El principio de afirmación” referido a los artificios a los que recurren las personas y los grupos que se imitan entre sí, continúa con “El principio de convergencia” (las ondulaciones y arbitrariedades de las tendencias), salta a “El principio de la autonomía”, un recorrido por casas y casos de moda que admite tanto a Le grand mogol, la tienda que Rose Bertin, la modista de María Antonieta, tuvo en París en 1770, indaga en los estilos futuristas de Courrèges circa 1960, la obra de la creadora del punk couture, Vivienne Westwood, fechada entre 1970 y 1980, pero también se zambulle en la actualidad de los salones textiles y las agencias de tendencias, las publicaciones especializadas, los blogs, la dinámica de las semanas de la moda y la moda en las redes sociales. Un dato que ilustra el activismo político en la moda de 2000 remite a la modista japonesa Serpica Naro, un personaje de ficción inventado por el colectivo de artistas Chainworkers para manifestarse en contra de la precariedad laboral y el trabajo esclavo.
El capítulo cuatro, denominado “Principio de la personalización”, pone énfasis en los creadores de moda, de Charles Frederic Worth, el modisto inglés radicado en París que en 1850 trazó las primeras piezas y gestos de la alta costura, pasando por la casa de Gianni Versace en Miami, devenida hotel de lujo, y una reciente campaña de seguridad vial protagonizada por Karl Lagerfeld (quien por un rato se cambió el traje negro por un chaleco y enunció: “Es amarillo, es feo, no se puede combinar con nada, pero puede salvarte la vida”). Godart ensaya un quién es quién de la escena actual, salta al “Principio de simbolización” y la construcción de marcas y de signos para concluir con “El Principio de Imperio” las tramas de los holdings y los conglomerados del lujo.
Entre unos y otros, este doctor en Sociología de la Universidad de Columbia y economista desafía a la comunidad científica que suele menospreciar la moda como tema de estudio por considerarla frívola. Así como sitúa a la franja entre 1990 y 2000 en los inicios de estudios de la moda (modología) como cavilaciones que exceden a la vestimenta y al ornamento, cita una vasta galería de académicos. Así desfilan Marcel Gauss (1923), el autor de Ensayo sobre el don, referido a los métodos de intercambio en las sociedades arcaicas, las visitas y el protocolo entre tribus no urbanas, la historiografía de la moda y su origen en Occidente, las cortes de Italia y de Borgoña circa 1300 y 1400. El autor destaca que varias estudiosas americanas coinciden en situar allí la primera modernidad y que Valerie Steele, mítica curadora del museo del Fashion Institute of Technology, y escritora de modas, señaló: “Ya en 1393 una persona normal, que no era de la nobleza, alertó a la joven quinceañera que tenía por esposa contra un estilo de vestir superfluo. Pero ya era tarde: había comenzado el reinado de la moda inconstante. Desde Italia la nueva moda se extendió a la corte de Borgoña”. Pero para que hubiera moda fue necesario destacar los estudios del economista Thorstein Veblen, realizados a fines de 1800. Godart cita una y otra vez la “Teoría de la clase ociosa, una reliquia de las sociedades bárbaras”. Y entre sus caprichos de modas y modos rescata el uso de los cubiertos de plata, que “no son más útiles que los de metal pero sí más caros y más raros y se pueden exhibir ante los invitados”.
Así como hay destacados para las ediciones actuales de la revista Vogue (y su función en la industria), hay retratos de los supergrupos PPR (Pinault Printemps Redoute), que se iniciaron con la venta de madera (y en las últimas semanas fue noticia en los tribunales de familia cuando la supermodelo Linda Evangelista vestida cual si estuviera en una pasarela obtuvo de su director, François Henri Pinault, una millonaria cuota de alimentos para su pequeño hijo extramatrimonial), y del gigante LVMH (Moett Henessy y Louis Vuitton), cuya última gran estrategia es la muestra que en el Museo de Artes Decorativas de París celebra la historia de los baúles Vuitton y una retrospectiva de Marc Jacobs, su actual diseñador. Para concluir con cavilaciones acerca de la moda, resuenan ideas sobre “el lazo social y la necesidad natural de imitación”, que en 1890 vaticinó el sociólogo francés Gabriel Tarde, y una enunciación del Japón medieval, cuando el mejor halago que se le podía decir a alguien era imamekashi, que significa “estar al gusto del día”.
Sociología de la moda
Frédéric Godart
112 páginas, Editorial Edhasa