La difícil historia provincial de la provincia de Buenos Aires
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- Mora Cordeu
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Publicado por la editorial Edhasa, los volúmenes parten de una debilidad de origen evidente y no tienen problema en expander o contraer los límites del espacio con el objetivo de circunscribir en lo posible la historia de esta provincia.
El primero de los tomos, escribe Juan Manuel Palacios, "propone un recorrido por aquellos procesos más destacados que hicieron de la provincia un actor insoslayable de nuestra historia nacional. Se trata de identificar esos momentos y procesos específicamente bonaerenses que la han marcado, desde los tiempos mismos del descubrimiento del Río de la Plata hasta el presente".
El segundo, apunta el investigador, se concentra en la historiografía, "en las historias existentes de la provincia de Buenos Aires hasta hoy, sus condiciones de producción, contenidos y características".
En la introducción de "Población...", Hernán Otero dice que este tomo abarca una visión integral y de largo plazo de la población, el ambiente y el territorio bonaerense.
Y hace la salvedad de la dificultad del estudio porque "el territorio de la provincia no existió durante buena parte del vasto período analizado, de modo palmariamente evidente antes de la Conquista, pero tampoco en las casi tres centurias del período colonial", aunque fueran las bases de la provincia que asoma en 1820.
Para lograrlo, los autores se centran en el actual territorio bonaerense por más que "las regiones abordadas son mayores -como el caso de la conformación geológica o en la historia de los pueblos indígenes, esta última sólo comprensible en el marco de una más vasta área panaraucana- o menores, como en aquellos períodos en que la expansión de la frontera interior no había concluido".
Un aspecto espacial, puesto de relieve, "remite a la ruptura que significó la transformación de la ciudad de Buenos Aires en capital de la república en 1880 y su consecuente exclusión del territorio provincial".
Los autores han elegido una estructura temática, y dentro de cada tema un recorrido cronológico. Y tres registros básicos: "el geológico y ambiental, que extrae sus datos de la lectura del territorio y del espacio; el arqueológico y el paleontológico, que recurren a los restos dejados por el hombre y los animales; y el histórico, que aprovecha las enormes posibilidades abiertas por la aparición del documento escrito".
Entre los ensayistas del primer tomo figuran Cristian Favier Duboisy, Marcelo Zárate, Juan Carlos Caravaglia, Carlos Reboratti, Galadys Massé, Alfredo Lattes y Gretel Andrada, Gustavo Politis, Daniel Villar, Marta Goldberg, Mariela Ceva, Rodolfo Bertoncello y Santiago Linares y Guillermo Velázquez.
El segundo tomo despunta con una pregunta ¿qué era Buenos Aires en la época colonial?", para arriesgar que no era una provincia, al menos como la concebimos hoy en día.
¿Qué era entonces? se pregunta Fradkin en la introducción: "Varias entidades a un mismo tiempo y, además, cambiantes de acuerdo con el momento".
Y precisa que "aunque muchas veces se piensa que la sociedad bonaerense inicial fue una suerte de enclave europeo en tierras americanas, lo cierto es que era una sociedad multiétnica, marcadamente mestiza y muy abierta al mundo atlántico, que incorporababa individuos y familias de variado origen social, étnico y regional".
El complejo derrotero de los primeros tiempos es abordado con minuciosidad a partir de la certeza que el espacio teritorial de la provincia "recién será una realidad histórica diferenciada en un período posterior", al estudiado.
Para este cometido se utilizaron dos tipos de articulaciones: "Por un lado las que se fueron tramando entre la ciudad y su área rural inmediata (...), por otro lado, las articulaciones de esa reducida porción territorial con otras, dentro y fuera de los dominios hispanos, y, sobre todo, con aquellas zonas que integraban una jurisdicción que las hacía ser también Buenos Aires en la época colonial, aunque luego se independizaran de ella".
Este volumen, con capítulos complementarios entre sí, deja ver también diferencias de interpretaciones y enfoques y contiene una serie de mapas preparados especialmente y que ofrecen al lector herrramientas de análisis y sustento visual de los argumentos presentados.
Fradkin resalta que el volumen "intenta mostrar que todo conocimiento histórico es siempre provisorio y abierto (...) dado que la historia de ninguna sociedad puede darse por terminada".
Colaboraron en este segundo tomo: Juan Carlos Garavaglia, Darío Barriera, Jorge Gelman, Fernando Jumar, Sara Ortelli, María Elena Barral, Jose Luis Moreno, gabriel Di Meglio, Noemí Goldman y Fabián Herrero.