Más que un género literario
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- Candela Potente
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La crónica contemporánea en español, esa escritura que surge entre el caos de lo real y los géneros literarios que intentan representarlo, es el punto de encuentro de dos nuevas compilaciones: Antología de crónica latinoamericana actual, de Darío Jaramillo Agudelo (Alfaguara), y Mejor que la ficción, de Jorge Carrión (Anagrama).
Entendida como material que entretiene y asombra al lector, y además como el deber de documentar realidades incómodas y candentes con pulso de escritor, la crónica es la que se encuentra en estas ediciones, que dan cuenta de una escritura en auge en la lengua española, fácil de hallar entre los libros más vendidos.
Crónica: "Reconstrucción literaria donde el empeño formal domina sobre las urgencias informativas" (Carlos Monsiváis); "Un cuento que es verdad" (Gabriel García Márquez); "La hija incestuosa de la historia y la literatura" (Toño Angulo Daneri); "Literatura a ras de suelo" (Antonio Cándido).
Estas publicaciones ensayan definiciones, repasan su historia -de las Indias al modernismo y el nuevo periodismo estadounidense hasta el boom siglo XXI en lengua hispana- y acercan al lector lo que consideran la mejor producción de destacados cronistas, las argentinas Eugenia Zicavo y Josefina Licitra o la mexicana Sabina Berman entre otros.
NADA ES INVENTADO
Jaramillo Agudelo reúne cincuenta y tres textos de escritores que "encontraron la manera de hacer arte sin necesidad de inventar nada, simplemente contando en primera persona las realidades en las que se sumergen sin la urgencia de producir noticias".
Mientras que Carrión recopiló veintiún escritos que no pretenden ser una antología canónica, sino "un catálogo de la multiplicidad de propuestas de no ficción de la literatura hispanoamericana contemporánea", compuesto por Julio Villanueva Chang, María Moreno y Alberto Fuguet entre otros.
El ornitorrinco de Juan Villoro "la crónica como animal cuyo equilibrio biológico depende de no ser como los siete animales distintos que podría ser" suma biologías a su cruce con la novela, el reportaje, cuento, entrevista, teatro, ensayo y autobiografía se ramifica y toca la poesía y el catálogo la bitácora, las memorias, el ensayo etnográfico.
"La historia de la crónica es la historia de la memoria", asegura Carrión en la introducción del libro que incluye a Martín Caparrós, Rodrigo Fresán, Jordi Costa, Guillem Martínez y Gabriela Wiener entre los escribas de la memoria.
Y agrega: "No estamos ante un género, sino ante un debate" porque "las palabras confunden. En España, un reportaje es una crónica, mientras que en algunos lugares de América latina es una entrevista", pero las palabras también "nos hacen un poco más libres", dice, y por eso ""tantos cronistas han inventado las suyas para definir sus trabajos".
MENTIRA Y VERDAD
Crónica es también periodismo en primera persona donde la verdad se logra partiendo de mentiras, señala Jaramillo Agudelo, como las caracterizaciones que llevaron a Lydia Cacho a bailar en un club nocturno, merendar con una madamma en Camboya o caminar vestida de novicia en un barrio mexicano controlado por tratantes de personas, para escribir sobre la esclavitud moderna.
O los "yoes" que Gabriela Wiener encarnó para sus "Sexografías" donando óvulos, infiltrándose en cárceles limeñas, conviviendo con putas en París o haciendo intercambios swingers. Una investigación para la revista Etiqueta Negra reeditada por el sitio virtual Sigueleyendo -se la puede bajar por tres con noventa y nueve euros- que en "Antologías" se completa con un texto sobre el tras de escena.
Estos libros son territorio de violencia y extravagancia, de vidas anónimas y su antítesis -crónica como amplificador del mito popular, Gloria Trevi, Gatica, los Stones-, y también superficie apacible para sus padres y héroes literarios (Raab, Sabines, Pavese son algunos de los narrados).
Un terreno de incertezas, no de respuestas, que en la hibridez de su forma concibe otros soportes y se expande. Revistas culturales, blogs y publicaciones digitales ocupan el espacio que la crónica perdió con el minuto a minuto de la prensa convencional y que hoy recuperan estas ediciones, dando cuenta de la versatilidad de una escritura subjetiva que, resume Martín Caparrós, "se hace cargo y dice: esto es lo que yo vi, yo supe, yo pensé".
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