El saber del pueblo
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La palabra folklore, en inglés, significa “el saber del pueblo”, y abarca “modos, usos, maneras, artesanías, leyendas, poesías, supersticiones, danzas, etc. de un pueblo.” Este saber no es científico ni erudito, sino calza en lo que llamamos “sabiduría popular.”
Alfredo Poviña, un gran estudioso, dijo que el folklore “es la socialización del sentido común, colectivo, tradicional y anónimo, atributos supremos del abolengo cultural de un pueblo” y que debe surgir desde su propia entraña para mantener viva la esencia de toda nacionalidad: lo popular.
No es de esto de lo que tratará Chamosa, un bonaerense licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Luján, con un postgrado en la Universidad de Carolina del Norte, ahora profesor de historia latinoamericana en la Universidad de Georgia. Publicó primero en inglés “The Argentine Folklore Movement: Sugar Elites, Criollo Workers, and the Politics of Cultural Nationalism”, 1910-1950 (Arizona University Press, 2010) y luego esta especie de desprendimiento, más al tono de las circunstancias políticas actuales.
En esta obra, Chamosa toma el tema por el otro extremo, lo saca de las profundidades del pasado y lo expone en otra dimensión: la del uso, muchas veces no consciente, de la elección de determinados autores e intérpretes, y de la trascendencia de este acervo cultural en la política diaria, en el uso de ciertos temas, en la preponderancia de algunos autores, y en el silencio que se hace sobre otros. De una manera cíclica, a partir de comienzos del siglo XX, cuando la Argentina entró en una onda modernizadora con gran entusiasmo de los progresistas hubo, al mismo tiempo, el temor de que se diluyera la identidad nacional.
“Estas tradiciones serán impulsadas por las élites locales -en especial la industria azucarera tucumana-, que tendrán un rol clave en la difusión”. En los años siguientes, pasarían al resto del país. Parecía una cruzada cultural -según el autor- pero su origen reaccionario daría paso a otras variaciones, donde el cancionero sumaría a la izquierda, incorporando a muchos artistas del Partido Comunista. Con el paso del tiempo, se fue ramificando hasta quedar, ciertos cantores, como representantes de otros partidos, al centro del arco de derechas-izquierdas.
Como expresa la hoja de presentación: un libro fundamental dentro del estudio de la cultura popular argentina del siglo XX.