Vínculos familiares y un entorno madrileño en cuatro nouvelles
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En cada una de las historias de este libro, recién publicado por Anagrama, "hay un conflicto y una resolución en marcha que lleva a una nueva comprensión del otro y de uno mismo", sintetiza Barba, afincado en Buenos Aires desde unos meses sin fecha de regreso a su país. Más aún, está escribiendo una novela en Buenos Aires, "una ciudad muy parecida a Madrid".
"Me resulta muy interesante cómo la naturaleza de nuestras emociones depende del carácter, cómo es la persona que los provoca y tal... pero también del barrio. Y es bonito ver cómo contribuye al entorno el desarrollo de cierto tipo de sentimientos. Algunos con más naturalidad en un lugar que en otro", dispara Barba en diálogo con Télam.
"Me apetecía el retrato de una ciudad, que en este caso es Madrid, en que los sentimientos fueran de cada barrio y no pudieran darse en otro -dice el también traductor y fotógrafo-. Por ejemplo en un barrio de clase media alta, cierta sofisticación en la actitud perversa entre una madre y su hija; una infidelidad en un barrio de clase media o el caso de un músico bohemio con una paternidad más dislocada".
Barba no sabe qué cosas tienen en común los textos que está trabajando hasta que están terminados. "Y una cosa bonita de todos estos nouvelles es la de un problema que se termina. Algo que me parece muy literario en el sentido clásico. Son variaciones de cómo se acaba un problema".
Barba ha publicado, entre otros libros, "La hermana de Katia" (finalista del Premio Herralde), "Muerte de un caballo" (Premio Juan March de novela breve 2011) "Versiones de Teresa" (Premio Torrente Ballester) y "La ceremonia del porno" (Premio Anagrama de Ensayo 2007), entre otros títulos.
En los cuatro finales, hay dos elementos que se reiteran: "Uno que pasa por la comprensión y el otro por una epifanía que nos hace ver el problema desde una perspectiva distinta. Esto supone el fin de un conflicto arrastrado por mucho tiempo".
En "Paternidad", un músico que ha conocido la fama es incapaz de experimentar sus sentimientos y esto se hace evidente con el hijo que ha tenido con una joven de la que se separa. Al protagonista le cuesta hacerse cargo de su responsabilidad en un ambiente que no lo favorece.
Por lo general, opina el español, "las personas le ponen mucha buena onda a casi todo. A veces alguien dispara la energía hacia el lugar equivocado o se siente defraudado porque ha mal interpretado una reacción del otro. Pero la gente pone más de su parte de lo que debería. Y eso es interesante, ver como los malentendidos surgen sin mala intención, tal vez por incapacidad".
En el relato "Astucia", hay una anciana cerca de la muerte y sus dos hijas muy distintas. La más próxima, una viuda de unos 40 años, la ve envejeciendo, cada día más insoportable. La hija parece escindida de su afectividad hasta que una chica colombiana que entra para atender a la madre produce un cambio en la situación.
"Me interesaba el hecho de cómo las sociedades más desarrolladas contratan a personas de otras sociedades menos desarrolladas para cargarles los muertos de los que no quieren encargarse".
"En el caso de España es muy peculiar porque casi todas las criadas son ecuatorianas, entre las latinoamericanas, o jóvenes del este de Europa, que no hablan español. Y el no conocer un idioma reduce la conversación a términos muy esenciales. A veces regresar a una especie de comunicación primitiva ayuda en algunos conflictos", analiza.
"El otro lado del relato -apunta- es cuando alguien nos hace medir el mundo en otros términos. A veces la relaciones familiares están llenas de sobreentendidos y producen crispación, porque no podemos escapar de los papeles que nos han sido asignados".
Refiriéndose a "Infidelidad", el escritor sostiene que es bastante "cabreante" ver que en el 90 por ciento de los textos sobre adolescentes los personajes son masculinos. "El único libro que recuerdo diferente fue el de Francois Sagan, `Buenos días tristeza`".
"Y tenía un tipo de perversidad muy femenino. Lo utilicé como referencia en esta historia -señala-. Al principio una adolescente desprecia a su madre y su padre es una especie de figura heroica. La infidelidad paterna no da vuelta los términos, pero sí le hace percibir a su madre de una manera distinta".
Lo importante de la literatura realista, psicologista y sentimental, "es que cuanto menos se pueda juzgar mejor. Nunca hay que determinar quiénes son los buenos o los malos, tiene que ser una imitación de la vida", pontifica.
Un escenario donde se da el encuentro entre una hija y una madre que nunca estuvo presente en su vida, es "Compras".
"Me interesaba la relación de las mujeres con la ropa desde un punto de vista radical, tomando la ropa como piel. Nada consumista", afirma.
Además, "quería utilizar la ropa como escenario para poner a estos personajes que echan chispas. Una no percibe la existencia de la otra. Y me gustó que la hija asistiera al primer fracaso íntimo de la madre, cuando se compra un vestido que sabe que no se lo va a poner jamás. Ya no cabe en él. No existe la posibilidad de ella en ese vestido".
"Creo, en realidad, que el mundo de lo sentimental, es el mundo del malentendido, porque es difícil encontrar una persona solvente a la hora de explicar lo que le sucede. Muchas veces hay conflictos porque lo que pasa no es de fácil explicación", remata.
© Mora Cordeu, Telam