La fuerza del azar
- Periodista:
- Elvio E. Gandolfo
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Antibióticos, métodos tecnológicos de curación y diagnóstico, mejoras alimenticias, adelantos en trazado de cloacas y saneamiento, aire acondicionado: aunque la sensación térmica sea distinta, esta es una época más segura que las anteriores. Sin embargo basta meterse en algo fuera de lo común –el amor, la militancia, el crimen–, o enfrentarse con la naturaleza, para que el antiguo temor y el antiguo azar (también llamado peligro) reaparezcan de manera consciente.
Aquí se trata del amor. Quien lo narra, con brevedad y virtuosismo, es uno de los integrantes de una nueva “nueva novela” francesa (otro sería Jean Echenoz, por ejemplo) que le agregó al antiguo “Nouveau roman” rasgos impuros como la tensión, el pulso narrativo o la sorpresa. Toussaint construye un tríptico cuyos vértices tienen que ver con una pareja separada. En cada una de las tres partes hay un núcleo fuera de lo común: una muerte dramática en un dormitorio de la madrugada, la escapada de un caballo pura sangre en un aeropuerto, y un incendio forestal implacable. Lo amoroso vuelve vulnerable a sus personajes, atentos en extremo, sensibles al modo en que el azar desarma todo pronóstico. La Marie del título es elusiva, caprichosa, deslizante. Puede caerle al lector un poco negativa, molesta. Pero junto con el narrador (que parece saberlo todo) va recorriendo las etapas en ascenso de un conocimiento que mezcla la experiencia con el latido poético de la violencia o el destino. Podría hablarse de un estilo heladamente torrencial, donde la imagen tiene un peso específico, que la graba con fuerza en el lector. Cada una de las tres etapas del seguimiento, la persecución, es distinta de las otras dos. Pero tal vez por el peso descarnado, al fin agobiante con que la naturaleza impone sus derechos a la acción y el drama, culmina en la reaparición del vínculo afectivo.
La dimensión erótica es otro componente del libro. En él ejerce Toussaint la misma capacidad a la vez corpórea y sutil, directa y sesgada, con que ha ido elaborando los demás planos de la compleja historia.
El resultado es una novela fuera de lo común, que rescata la capacidad múltiple e inexplicable del lenguaje de generar un orden en el caos, y una presencia en la memoria del lector. Anagrama ya había publicado de él “El cuarto de baño”, “Monsieur”, “La cámara fotográfica” y “La televisión".
© Elvio E. Gandolfo, Revista Noticias