Ha dejado de llover, de Andrés Barba
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- Oliverio Coelho
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Desde hace tiempo la escritura de Andrés Barba se impone como una de las más refinadas y consistentes de su generación, a fuerza de novelas y peripecias anecdóticas que pocos escritores podrían resolver evitando el amaneramiento o el costumbrismo. Por su mirada, podríamos asociarlo a ciertos escritores latinoamericanos intimistas que encuentran en la precisión exhaustiva y en las texturas –Felisberto Hernández, Juan Carlos Onetti– el cauce para historias que de otro modo no serían extraordinarias. La cualidad incisiva, en este punto, vuelve impar la prosa de Barba. En cada frase hay un espesor asombroso que no se caracteriza por la densidad semántica sino por la potencia metonímica, como si sobre cada movimiento o afección de los personajes se cerniera el ojo voraz de un narrador que, en sucesivos close up, puede elevar el matiz a la enésima potencia y en el mismo movimiento introducir un flashback con
La eficacia realista de estas nouvelles tal vez resida en la incongruencia necesaria y riesgosa que existe entre historias de orden común y la calidad de la prosa. Esa misma prosa resuelve en lo cotidiano momentos sobrenaturales, como cuando Marina, la joven protagonista de “Fidelidad”, se cuela en la intimidad de la amante de su padre. Este mismo relato declina además la educación sentimental de Marina y explora o anticipa su encuentro con el placer. Los relatos “Astucia” y “Compras”, donde madres e hijas forman dúos o triángulos, abordan microscópicamente la sensibilidad femenina. En “Compras”, el relato más notable del libro, el narrador desglosa la relación conflictiva de una madre y una hija en lo que dura un paseo por un shopping. No solo se descubren todas las miserias de Nelly –la madre–, sino que se gesta un desenlace memorable. En “Astucia”, con el mismo tacto para analizar claroscuros en relaciones mediadas por la frustración, Barba pone en foco el vínculo enfermizo de dos hermanas ante una madre insaciable y una empleada doméstica que funciona como un misterioso polo de atracción. La relación difícil entre un padre divorciado y su hijo pequeño, en “Paternidad”, viene a completar esta tétrada de relatos, y es en realidad un preludio con final abierto para este universo que indaga soberanamente en las caras del afecto evitando la epidemia de la moraleja.
Cabe preguntarse si no estamos ante una nueva comedia humana sobre la vida sentimental en el siglo XXI. En estas historias vertebradas por hechos nimios en apariencia, tenemos un mural actual repleto de miniaturas, pliegues, visiones singulares del (des)amor como engranaje del conflicto social. Vale decir que lo que leemos en Ha dejado de llover no es un país en crisis, sino hebras de una sociedad en la cual relaciones contradictorias parecen condensar, al fin y al cabo, posibilidades incalculables de goce y redención.
© Oliverio Coelho, Los Inrocks