Un nuevo infierno grande
- Periodista:
- Carlos Roberto Morán
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En general, la crítica no ha tenido mucha piedad con la británica J.K. Rowling en su primera incursión en la narrativa para adultos. Quizás porque su pase de las historias de Harry Potter a otra clase de literatura despertó un exceso de expectativas. Quizás porque se esperaba demasiado de una autora popular, aunque no necesariamente exquisita.
Contradiciendo la ola, no me ha parecido mal su “Una vacante inesperada”, sin ignorar que está dirigida al gran público y que ha exagerado –aunque no siempre- con el “infierno grande” del pueblo chico y sus personajes malditos.
Conspira contra la novela su alargamiento. Un texto, sea de la extensión que fuere, reclama siempre su justificación interna en todos sus tramos. Con doscientas páginas menos “Una vacante inesperada” hubiera ganado significativamente.
No obstante, Rowling es hábil para plantear las distintas historias y mantener el suspenso en torno a la vacante de la que habla el título de la novela y que se produce en un pequeño pueblo inglés, Pagford, cuando fallece en forma inesperada un personaje joven y capital, Barry Fairbrother (nombre traducible como “hermano justo”), que será el fantasma de esta historia en la que se irán desatando todas las pasiones.
Porque, el lector se dará cuenta a poco andar, que Barry era quien equilibraba las fuerzas e impedía los enfrentamientos. Al fallecer, varios habitantes del pueblo y por razones diversas, ambicionan ocupar ese puesto y por eso se registran los roces primero y los encontronazos luego. De los adultos, mientras que varios jóvenes del pueblo tendrán también su protagonismo, jugando en otro plano, más difuso. Para ser más preciso, menos claro desde la perspectiva de los propios adultos.
Historia coral en un pueblo inglés
Problema adicional, aunque menor, tiene el lector al tratar de recordar los nombres de todos los personajes que pueblan la novela. Y nunca mejor dicho pueblan, porque el centro de la historia refiere a las miserias pueblerinas de Pagford, en el sur de Inglaterra, esas que fluyen a mares luego de la muerte del hombre que las ha contenido, que ha sido una suerte de santo laico o quizás el “ángel” que ofició el milagro de contener el mal. Rowling no lo dice en ningún momento, pero es fácil inferirlo.
El pueblo de Pagford ha hecho grandes esfuerzos para mantenerse, con su perfil conservador a ultranza, al margen de la cercana ciudad de Yarvil y, en la medida de sus posibilidades, del barrio de Los Prados, donde vive gente pobre, cuando no marginal (que en parte depende del propio Pagford).
Howard Mollison, su esposa Shirley y el hijo de ambos, el abogado Miles, representan el mundo conservador del pueblo. El muerto implicaba el cambio, y un vicerrector llamado Colin “Cuby” Wall se propone reemplazarlo para defender su legado, a pesar de ser el peor indicado porque es inestable, temeroso de no poder controlar sus pasiones.
Habrá más. Simon Price, un ser brutal, ambiciona ese mismo cargo, como también lo quiere Miles para consolidarse y consolidar a su familia en la conducción del pueblo, dado que su padre oficia como una suerte de alcalde.
Pero no serán tantos los enfrentamientos (aunque los habrá) sino que las miserias de sus distintos personajes comenzarán a ser develadas en la página Web del consejo parroquial por manos anónimas, que dejan allí sus mensajes reveladores en esa página con el nombre de El fantasma de Barry Fairbrother.
Los jóvenes tienen algo que decir
Acierta la periodista Socorro Estrada al decir en la revista Ñ (del diario “Clarín” de Buenos Aires) que lo central de la historia tiene que ver con los conflictos que se establecen entre los adultos y los adolescentes y que estos terminan siendo los personajes con mayores matices en la novela.
Los jóvenes, en su mayoría atormentados: Andrew, hijo de Simon, enfrentado a su padre y a su entorno; Fats, hijo de Wall, resentido contra su familia, agresivo y pendenciero; Gaia, londinense “exiliada” en Pagford contra su voluntad por imposición de su madre; Sukhvinder, hija de sijs, que se automutila por saberse incomprendida; y, especialmente, Krystal, hija de drogadita y pobre, quien vive entre dos mundos (ricos y pobres, digamos) sin lograr establecerse en ninguno. Y provocando con sus actitudes agresivas no pocos problemas y notables incomprensiones.
Hay muchos más “actores” en esta novela, pero he citado a los más significativos. Tampoco cabe ser muy explícito en la serie de hechos que se van dando mientras se intenta el reemplazo de Fairbrother, aunque sea bastante previsible que, aparte de encontrarse con sus profundas miserias, el pueblo todo termine precipitándose en un vacío moral, existencial.
Interpreto que esa previsibilidad, más el hecho de que muchos de los personajes de la novela están cincelados sin grandes matices, es lo que ha llevado a que Michiko Kukatani, en The New York Times y Theo Tait, en The Guardian hayan sido lapidarios en sus comentarios negativos (a mi juicio, excesivos). Aunque también Rowling ha tenido defensores, como es el caso de Lev Grossman, de la revista Time (los tres comentarios están en inglés).
Luces y sombras entonces para la primera incursión en narrativa para adultos de parte de esta autora, a quien le hubieran favorecido los matices antes apuntados. Ella en cambio decidió escribir una historia oscura, desagradable a veces, explícita casi siempre –aun en lo sexual-. Muy alejada de Potter y de tanta fantasía juvenil.
Perfil
J.K. Rowling nació en 1965 en Yate, Gran Bretaña. Su verdadero nombre es Joanna Rowling. La K. nació del hecho de que un editor le pidió que modificara su nombre para que no se supiera que la saga de Harry Potter era escrita por una mujer. Es bastante sabido que Rowling estaba desempleada y separada con una niña pequeña cuando empezó a escribir las historias del joven mago. Luego de ser rechazado el primer libro de la serie por una decena de editoriales, una vez publicado rápidamente se fue transformando en el fenómeno editorial por todos conocidos. Ha vendido más de 450 millones de copias en el mundo entero y las siete historias, publicadas entre 1996 y 2007 fueron llevadas al cine por varios directores (en ocho películas que también han dado la vuelta al mundo). Actualmente millonaria, se ha volcado a la literatura para adultos con “Una vacante imprevista”, de la que también se han tirado cientos de miles de ejemplares, en diversos idiomas. Tal la expectativa que genera en el público esta autora, casada dos veces y madre de tres hijos. Al margen de la crítica, que suele serle negativa.