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La hermana más hermosa

Periodista:
Martín Mazzini
Publicada en:
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País de la publicación:
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Detrás de la horrible tapa y del título ampuloso (como el de cierta película argentina) se esconde lo que la crítica viene celebrando como la Gran Novela Americana, Libertad, de Jonathan Franzen. Y es cierto que Franzen, nacido en 1959 y promovido como uno de los mejores novelistas jóvenes de 1996 por la revista Granta, tiene una capacidad admirable para mostrar las vidas privadas en relación a los humores sociales y sus cambios de humor, desde los conflictos a fines de los ’70 hasta la compleja conciencia ecológica de principios del siglo XXI, pasando por el republicanismo retrógrado de Reagan, la pusilanimidad de la administración Clinton y la falta de escrúpulos de la de ambos Bush. Pero más destacable es el talento para, en 668 páginas, comprender y hacer comprender cómo somos los mismos y no lo somos, y lo que un día elogiábamos y aborrecíamos puede cambiar de lugar con el paso del tiempo y seguir siendo perfectamente lógico según las circunstancias, el pasado y el futuro que se vislumbra.
Libertad sigue al matrimonio de Walter y Patty Berglund, jóvenes profesionales del Medio Oeste con dos hijos que se independizan y siguen caminos distintos, y a sus vecinos white trash, en una carrera de fondo que va de la universidad a la vida adulta, cuando el matrimonio entra en crisis y (re)aparecen en escena un rockero de culto y una bella empleada india fanática de la causa ecologista. Walter parece dedicar su vida a proteger a un pequeño pájaro llamado reinita cerúlea (el de la tapa) pero en realidad está consumido por los reproches hacia su familia y hacia sí mismo. Y Franzen se las arregla para, de forma muy agradable, plantear distintos dilemas sobre la libertad en varios niveles: la libertad de acción, de elección, individual y colectiva puestas en juego en una gran novela. Y si esto no los convenció de leer el mamotreto, esperen la película.