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El tiempo benefició a una obra admirable

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Esta notable novela es varias novelas. La primera trata de las relaciones matrimoniales, de amores y reyertas, recuerdos y rencores; de envidias y competencias entre ex esposa y ex marido, entre marido actual y ex marido, entre esposa actual y ex esposa. La segunda es la historia de una mujer que tras estar casada con un hombre bohemio, un profesor que pretendía ser escritor y sólo alcanzó el fracaso ("ése había sido el principal problema entre nosotros"), elige pasar el resto de su vida con un médico cardiólogo de creciente prestigio, muy ocupado (y no sólo con el trabajo), que la hace pasar de profesora a tradicional ama de casa dedicada a sus hijos. La tercera es una novela de violencia y suspenso, el thriller "Animales nocturnos", que tras 15 años de silencio, tras 15 años de no saber nada de su vida,Edward Sheffield le envía a su ex mujer, Susan Morrow, a quien siempre consideró su mejor crítica. A ella. que siempre fue tan dura cuestionadora de sus textos, le dice que ésta si es buena, porque con los años he aprendido mucho sobre la vida y el arte.

Es en esos momentos que se entrecruzan en el relato que, como ha dicho Ian MacEwan, "esa soberbia y emocionante novela se vuelve una metaficción extraordinaria sobre la lectura y la escritura". Un modelo que ya se había planteado en "El Quijote" gracias a Cide Hamete Benengeli. Acaso esa metaficción hizo que, cuando se publicó en 1993 como "Tony y Susan" (editorial Norma sacó un versión en español en 1996), no tuviera la cantidad de lectores la que Saul Bellow calificó de"obra maestra, una novela brillante e inteligente llena de emoción". Además en el titulo "Tony y Susan", el nombre de Tony es el del personaje de ficción, y Susan el de un ser real (siempre que no se recuerde que se está leyendo un libro de ficción). Y Tony Hastings es el atribulado profesor de matemáticas que una noche, viajando con su mujer y su hija, se enfrenta a lo ominoso, a los animales de la noche, a esa irracional violencia que pareciera estar en el fondo de todo ser humano, algo que lo lleva a tener que enfrentar sus temores, sus incapacidades, su moral convencional que derrumba el justo deseo de venganza. 

Susan está preocupada por el viaje que hizo su marido, y que quizá los lleve a vivir en Washington. Y teme empezar a leer la novela de su ex marido, acaso intuyendo que "cuando lo acabe se haya transformado en una persona diferente", algo que no quiere. Pero, tal vez, se dice: "si no logra dar con el motivo de su desasosiego, la novela lo cubrirá como una capa de pintura". Y en el final de la historia "el libro se ha acabado. Susan lo ha visto consumirse a través de hojas, párrafos, líneas, palabras, hasta el capítulo final. No queda nada, se ha extinguido. Ahora es libre de releer o revisar fragmentos, pero la novela está muerta y nunca volverá ser la misma. En su lugar, por la grieta que ha dejado silba una ráfaga de viento semejante a la libertad. Es la vida real, que vuelve para poseerla". No sabe, aquello que intuyó al comienzo, que "resulta peligroso descargar la mente, la bomba ya la lleva dentro". Susan empieza a pensar qué novela escribiría ella con la pobre aventura que ha elegido como vida.

El neoyorquino Austín Wright, autor de 7 novelas y 4 libros de critica literaria, fue profesor de Literatura en la Universidad de Cincinatti. Murió a los 80 años en el 2003; no supo del éxito que acompañaría la recuperación editorial de esta admirable novela.