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Los nuevos finales de Pablo Bernasconi

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Refiriéndose a sus ensayos, Montaigne escribe: "En este libro, ¿qué hay si no figuras grotescas y cuerpos monstruosos, sin forma cierta, y sin orden, sucesión y proporción que no sean fortuitos?". Lo mismo podría decirse de los libros del ilustrador argentino Pablo Bernasconi: sus páginas están llenas de figuras fantásticas y monstruosas, productos de su fantasía. Él mismo ha dicho -hablando de su técnica, el collage -: "Cruzo símbolos que, al sintetizarse, generan nuevos monstruos icónicos".

En su último libro, "Finales", Bernasconi ilustra el desenlace de clásicos de la literatura -desde "La Odisea" y la Biblia, hasta "En busca del tiempo perdido" y "El gran Gatsby", pasando por "El origen de las especies" y "El sistema periódico"-. La obra, que llega a librerías chilenas a fines de este mes, cierra la trilogía iniciada con "Retratos" (2008) y "Bifocal" (2010); los tres publicados en Edhasa.

Ilustración conceptual

En el proceso creativo de Bernasconi lo primero es, "siempre", el concepto. "Es la única forma que encontré para situarme en un campo de proyección, cuando los tiempos apremian o el contenido (de un libro, de una serie, de un sistema) exige coordenadas legibles por un futuro lector", dice.

¿No hay nada, entonces, de esa espontaneidad de la que habla Montaigne? ¿Bernasconi tiene todo bajo control? "Lo que mantengo bajo control -responde-, es la ilusión de que muevo los hilos de cada decisión conceptual que tomo. Estos símbolos cruzados, devenidos en nuevos monstruos icónicos, son resultados de experimentos más o menos controlados. Pero siempre queda espacio para el accidente cuyo desconcierto es bienvenido. Creo que no existe actividad creativa que no aliente el momento del riesgo. Supongo que un autor, un artista, es también adicto a este tipo de adrenalina tan especial. La forma fortuita a la que se refiere Montaigne puede tener que ver con esta búsqueda, y los métodos o premisas que nos impongamos quizá funcionen como placebos intelectuales, como pequeñas directrices del sentido común, en un universo donde las decisiones importantes las toma otro".

-¿Por qué termina "Finales" con la Biblia?

"Bueno, hay muchas maneras de entender esto, y yo puedo ofrecer sólo una, que es la mía. La Biblia relata el principio de los tiempos, es la historia del principio por así decirlo. Pero paradójicamente invita en su último capítulo a fisgonear sobre el final de nuestra era. No se me ocurre un final más "terminante" que el Apocalipsis, donde la divisoria de almas, según la Biblia, dependerá del comportamiento que hayamos tenido y la redención que nos depare ya no el destino, sino Dios. El único con el poder suficiente como para elegir de qué lado nos quedamos".

-¿Le gustan los finales felices?

"Sólo en las malas películas".