El extraño clima de una familia
- Periodista:
- Margara Averbach
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En la sólida traducción de Sonia Tapia, esta novela de Maggie O´Farrell tiene la misma intensidad que su única obra traducida al castellano hasta el momento, La extraña desaparición de Esme Lennox (Salamandra), y empieza también con una ausencia inexplicada.
Instrucciones para una ola de calor cuenta la reunión de una familia irlandesa dividida y desparramada en Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos en el momento de la desaparición del padre, que los obliga a reunirse en medio de un verano inglés insoportable. Es evidente que esta historia, así resumida, se ha contado antes (una reunión familiar obligada que cambia a los que se reúnen) pero O’Farrell vuelve a ella desde una novela apasionante, misteriosa y cotidiana a la vez, que se para sobre una estructura interesante y bien pensada.
El libro tiene tres partes encabezadas por fechas, todas de la misma semana del julio ardiente de 1976. Debajo de cada fecha, aparecen normas dictadas en Inglaterra para proteger el agua durante la ola de calor, normas extraordinarias que cambian las vidas cotidianas de las familias de clase media (a la que pertenecen los personajes).
Durante el primero de esos días, el jueves 15, la madre y los tres hermanos se mueven en mundos separados y sostienen recuerdos, rencores, secretos y odios muy diferentes. Por eso, en ese principio, la narradora divide la historia en capítulos, cada uno con el nombre del lugar en el que viven los protagonistas: la madre en la casa de la infancia, el varón muy cerca de ella, la hermana mayor en el campo, la menor en Nueva York. En la segunda y tercera fechas, en cambio, cuando todos están reunidos por la súbita desaparición, la prosa salta de uno a otro a través de un montaje de puntos de vista que va construyendo una historia compartida, primero en Londres, después en Irlanda, el lugar del origen y de la magia.
Dentro de esa estructura cuidadosa, los personajes de O’Farrell son complejos, queribles y están llenos de defectos, y la historia se sostiene sobre enigmas que terminan descubriendo poco a poco secretos y verdades familiares de enorme importancia para los protagonistas. Las preguntas principales, motor de la acción, son dos: ¿por qué se odian las dos hermanas?, ¿por qué y adónde se fue el padre? Las respuestas abarcan a todos los involucrados. Y los cambian al mismo tiempo.
La “ola de calor”, histórica por supuesto, tiene también una valencia metafórica que se aclara cuando la voz narradora dice: “Un clima extraño provoca un comportamiento extraño”. Los personajes, empujados por la decisión del padre, provocada a su vez por el calor, se comportan como nunca antes y ese comportamiento los acerca más a su verdadera naturaleza y a una mejor comunicación con los que los rodean.
O’Farrell vive en Glasgow pero es irlandesa y, en sus libros, se cuela siempre la magia antigua de las leyendas y mitos de su país de origen. Aquí, esos mitos construyen un rumor de fondo que resuena en la prosa poética con que se describen ciertos momentos de enorme angustia y algunos paisajes inolvidables, urbanos o rurales. La magia se vuelve abierta cuando Aoife, que camina sola en la noche, se encuentra con una foca en el lago oscuro de la isla irlandesa en la que termina la novela. La foca es un animal importante del folclore irlandés y es ese encuentro mágico y extraño el que abre (a Aoife y tal vez a todos) un camino literal y también metafórico hacia el futuro. Con esa canción mágica de fondo, y la vida cercana y reconocible en el foco, la escritura de O’Farrell vuelve a formar un remolino de ideas y emociones, tan lleno de sentimientos, tan adictivo como una canción de amor.