Tengo un amigo.
A menudo lo confunden con un dragón, aunque no lo es. Sus pinchos son un escudo perfecto cuando jugamos con
mis amigos a la guerra de nieve. Como su cabeza casi toca el suelo, se pasa muchas horas oliendo plantas del jardín
de casa y, mientras, con la cola espanta a los bichos que lo molestan.
¿Saben quién es mi amigo?